Queridos hermanos quiero agradecer a Dios, primeramente, la oportunidad que me da hoy de contarles las grandes maravillas que Dios ha hecho con mi vida, deseando que sea de aumento de Fe para cada uno de ustedes.
Durante el año 2015, Dios tenía preparado para mí y mi familia una gran prueba. En ese tiempo yo trabajaba y estudiaba, realizaba mi vida de manera normal; sin embargo, en el mes de Agosto, estando en clases, comencé a sufrir fuertes dolores estomacales que a medida que fueron pasando las horas aumentaron de gran manera. Horas más tarde, mi familia me trasladó al Centro de Urgencias de Cabildo y luego de recibir un tratamiento paliativo fui derivado a mi hogar. Sin embargo, los síntomas se agudizaron y los dolores eran aún mayor. Me enviaron al hospital de Quillota, en donde fui operado de urgencias, el diagnóstico fue “Obstrucción intestinal con fisura intercutánea del intestino delgado y grueso más un intestino corto”. Durante las horas previas mi Pastor Sergio Valero Valencia y su esposa, además del Pastor Alfredo Aravena, algunos hermanos con los que me encontré en el hospital y por supuesto mi madre, oraron incansablemente para que Dios tuviera misericordia de mi vida. Al terminar la cirugía, el doctor habló con mi madre y le advirtió que solo me quedaban 3 meses de vida, que el líquido que salía de mis intestinos envenenaba cada vez más mis órganos. Durante ese tiempo fui operado 18 veces más; los doctores buscaban alternativas en el extranjero para mí, pero ninguna funcionó. En enero del 2016 fui enviado a mi casa.
Luego de un año, en Agosto 2016, los doctores tomaron la decisión de reconstruir mis intestinos; era una operación compleja, de riesgo, pero mi confianza estaba puesta en Dios, de hecho, antes de entrar a pabellón, mi madre habla con el cirujano señalándole que no operarían solos, que habría con ellos un Cirujano especial, el mejor, este sería Dios mismo operando con ellos. La cirugía no estuvo exenta de complicaciones ya que durante esta, sufrí de múltiples paros cardíacos, además de estar sufriendo de una Septicemia, la que me tenía completamente envenenado en mi interior. En ese momento Dios me reveló lo siguiente:
“Me mostró un lugar muy hermoso; choqué con un muro blanco el cual traspasé. Llego a un prado verde muy hermoso con muchas flores de distintos colores, yo estaba bajo una higuera cuando un personaje de blanco me toma de la mano y me lleva a caminar por aquel lugar, yo era como un niño de 11 años. Aquel personaje que me tomó de la mano, era nuestro Señor Jesucristo y me decía que aquel lugar estaba preparado para todos aquellos que entreguen su vida a Él y le sean fieles. Su venida está muy cerca, Él quiere un pueblo que se humille a Dios y se arrepienta de sus pecados. Luego, me llevó a un lugar donde bajaba un agua cristalina que caía a la tierra y le pregunté ¿para quien era? y me dice “que es para todo aquel que tenga sed y necesite del Señor, aquella agua sacia la vida y esa vida es limpiada de TODO”. Luego, me dejó donde estaba sentado en la higuera y me dice que debía volver y entregar todo esto que me había mostrado. Me dice que esté tranquilo que El hará la obra en mi vida y me sanará porque todo esto es un propósito de Él para mi vida. En ese momento me devuelve, nuevamente choco con aquel muro blanco y llego a mi cuerpo.”
Al finalizar la revelación, estuve muerto entre 10 a 20 minutos, ya no había nada más que hacer humanamente, comenzarían a desconectarme, cuando la Última Palabra de este gran Dios se escuchó, y comencé a reaccionar, mi cuerpo empezó a moverse y todos en ese momento fueron testigos del gran poder de Dios, porque Él es real y vive para siempre.
Pasaron varios meses dentro de los cuales volví a estar muy grave, fui a pabellón más de 20 veces, pero ahí estaba, cada vez que Dios me daba la oportunidad para hablar de Él y de sus grandes maravillas a otros, lo hacía, no podía callar, porque Dios, a pesar de todo lo que estaba viviendo, seguía siendo fiel y teniendo misericordia de mi vida.
En el año 2017, volví a ser operado, esta vez salió todo mejor, aún era delicado, pero Dios me daba la fuerza y la valentía para predicarles a los otros enfermos que estaban en ese lugar. Muchos de los que han escuchado de Dios a través de mí, han entregado sus vidas a Cristo, así, he llegado a comprender cuál era propósito de Dios para mi vida y a pesar de que aun quedo con algunos problemas de salud, eso me hace hablar aún con más fuerzas acerca de las maravillas que Dios hace, yo estuve muchas veces a punto de morir, pero Dios tuvo misericordia de mi vida, porque yo TENÍA que cumplir el propósito para el cual me llamó.
Mis hermanos, los ánimo a seguir confiando en Dios, para Él no hay nada imposible, Dios nos ha prometido estar con nosotros hasta el final, aunque pasemos problemas, enfermedades, situaciones complejas de entender, llegará el día en el que estaremos con Él en ese lugar que tiene reservado para todos a aquellos que le creen y se entregan a Él.
Hermano Sergio Alex Valero Saravia, Iglesia de Cabildo
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4:13)
Testimonio de: Sergio Valero / Iglesia de Cabildo
Sección a cargo de: Corresponsal Ester Valdebenito