Luego de la recepción en el Templo Matriz, un gran grupo de hermanos se dirigió a 4 hogares de nuestra ciudad, entre ellos el Hogar Pequeño Cottolengo sección niños y adulto mayor, el hogar San Lorenzo Conaprán y la Casa de reposo Cordillera, estos últimos hogares de adulto mayor.
Los hermanos que fueron al hogar de adulto mayor pudieron ver a plenitud la necesidad de muchos abuelitos que buscan tener el amor y la compañía de la gente. Entonando alabanzas a Dios los hermanos dieron una palabra de paz a estos ancianos, mostrándole al creador como un amigo que nunca falla. De igual forma se realizó una programación especial con obras, oportunidades de agradecimiento, dinámicas y muchas actividades preparadas por los monitores en atención al estado de cada adulto mayor.
Asimismo, los hermanos que fueron al hogar de menores tuvieron una gran labor cuidándolos, haciendo actividades y cantando coritos. Destacamos en este sentido el trabajo preparado por profesionales de nuestra Iglesia que con anticipación realizaron una programación en base a la situación de cada niño y niña con distintas capacidades que quisimos potenciar. Muchos de nosotros vimos las sonrisas que se dibujaban en sus rostros y las “tías” lo agradecieron mucho.
Ciertamente es una deuda social la de visitar estos hogares, sin saber que con el hecho de decir “¿cómo está?” ellos se sienten felices. Muchos de ellos no tienen nuestra compañía.
Redacción: Diego Gárate Sanfuentes | Fotografía: Jóvenes y Señoritas Sector 10