Semblanza de nuestro hermano Víctor De La Cruz Leal Amigo

Corría el invierno del año 1936, un 16 de junio nace Víctor de la Cruz Leal Amigo, hijo de doña María Encarnación Amigo Álvarez y don José Cruz Leal Hernández, quien ocupó el 6º lugar de 10 hermanos, que en ese entonces no conocían el evangelio. Él fue el instrumento para que sus padres conocieran esta doctrina ya que padeció una terrible enfermedad a muy poca edad, que en ese entonces, no daba esperanzas de vida llamada meningitis.

Sus padres contaban con pocos recursos para buscar mejoría. Su madre ya rendida, en una tarde tiene una amena charla con un hijo de Dios, quien, inspirado y ordenado por el Espíritu Santo, solicita ungir a su hijo, siempre y cuando ellos hicieran un compromiso de creer en algo divino. Sin pensarlo aceptaron, ORIGINANDO UN MILAGRO EN SU PEQUEÑO HIJO. Así, esta familia empieza a rendirse a los pies de Cristo, naciendo entre ellos grandes predicadores, Dorcas, coristas, pastores. Siendo de bendición de generación en generación la familia Leal Amigo.

Víctor, un joven temeroso de Dios y muy responsable comienza a ser bendecido con trabajo, acompañando a su hermano mayor Héctor, con el cual ejerce la singular maestría de construcción en la ciudad de Santiago y Arica. Luego más tarde, a los 26 años contrae matrimonio, viendo en sueño a quien sería su esposa: la hermana Herminda de las Mercedes Aravena Norambuena, con quien se une un 10 de junio del año 1961, jurando ante Dios su amor mutuo. Este hogar fue y es bendecido en gran manera tanto material como espiritualmente.

Su descendencia fue inculcada y criada con estos valores. Sus cuatro hijos también seguirían las sendas del evangelio. Esta pareja de 61 años de matrimonio y de más de 80 años en el evangelio, desempeñó muchas actividades dentro de la vida espiritual, tales como: Oficial, Jefe de coro, Guía de local, Ciclista, Jefe cuerpo motorizado, hasta maestro de construcción del templo central de Cauquenes y otros templos anexos a la ciudad.

Pese a su bajo perfil, Dios lo había elegido como su hijo dándole sabiduría, humildad, inteligencia perseverancia y mucha paciencia para realizar lo que se le encomendara.

Hoy hacemos nuestro póstumo homenaje como hijos y familia en general. Agradecemos a Dios por el Esposo, Padre, Abuelito y Bisabuelo el darnos un hombre tan llano y pleno de la gracia de Dios, ofreciéndolo como una ofrenda valiosa ante Dios.

Familia Leal Aravena.

 

 

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