Todos los años, en diciembre 31 el pueblo de Dios que es la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile se reúne para agradecer y orar.
Agradecer por haber llegado a la reunión de fin de año. Atrás quedaron las caravanas de meses, semanas y días. Con sus risas y llantos, sus éxitos y fracasos, sus penas y alegrías.
Obviamente, en lo material económico, social, salud, cultural y otras cosas, algunos tienen más que otros; a algunos les fue mejor que a los demás y otros esperan recibir más que los que tienen menos.
¿Y qué hay de lo espiritual?
El año que ya se va ¿Estuvimos más cerca del Señor? ¿Fue nuestro servicio a Él el ejemplo de fidelidad que todo cristiano(a) debería ofrecer a su Señor?
En nuestras vidas, independiente de cómo nos haya ido en todos los aspectos señalados, debemos dar gracias a Dios por la vida y el poder llegar a este fin de año 2023. Estamos vivos y tenemos la fe y esperanza en Cristo y nos conmueve y asombra su amor.
Que el servicio de fin de año sea una bendición a la cual nadie falte. Que la Gracia del Señor use a nuestros Pastores y Predicadores para darnos un mensaje de fe y aliento que ilumine nuestro caminar en 2024. Y que, si fuera el caso, en que pareciera que las bendiciones no están en su vida o con su familia, podamos por fe y para fe repetir.
“Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida. Y en la casa de Jehová moraré por largos días (Salmo 23:6). Amén. Que Dios le bendiga.
Feliz 2024 en Cristo el Señor.