Hace algunos años, la revista National Geographic hizo un documental titulado «las alas de Dios»; dicho documental describía la experiencia de un hombre que había podido encontrarse con el escenario más particular y representativo al cuidado de Dios para con el hombre.
Resulta que después de un incendio forestal en el parque Yellowstone, un grupo de guardabosques fue a dar un recorrido a lo largo del lugar para valorar los daños causados por las ardientes llamas.
Cuando iba montaña arriba, uno de los guardas del parque vio algo que lo sorprendió mucho. Se trataba de una pájaro literalmente petrificado en cenizas, posado cual estatua en la base de un árbol.
Sorprendido por el hecho, tomó una vara y dio unos golpecitos al cuerpo del pajarillo. Cuando lo hizo, tres diminutos polluelos se escabulleron entre las alas de su madre ya muerta. La amorosa madre en su afán por impedir la muerte de sus crías, las llevó a lo más alto del árbol y los había acurrucado bajo sus alas, instintivamente a sabiendas que el humo ascendería, decidió quedarse allí y dar su vida para proteger a sus pequeños bebés.
Ella pudo haber volado para encontrar su seguridad, pero se negó a abandonar a sus crías. Cuando las llamas llegaron y quemaron su cuerpo, ella permaneció firme. Porque había decidido morir para que aquellos que estaban bajo sus alas pudiesen vivir…
Las alas de Dios
Esta ave representa a nuestro Dios y nosotros somos esos polluelos que nos refugiamos bajo sus alas. No hay duda de que tenemos un Padre Celestial que nos ama y que lo ha entregado todo, incluso su vida, por salvarnos. Que maravilloso es ser amado de esta manera; saber que tenemos un padre que nos cuida y nos resguarda bajo sus alas, que nos da la plena seguridad de que pase lo que pase, TODO ESTARÁ BIEN.
«Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro», Salmo 91:4.
Fuente:bibliatodo.com