Los niños y la televisión, ¿cuánto y cómo?

Esta duda, que cada día más papás se plantean, tiene mucho que ver con la forma con que los padres quieren que sus hijos crezcan. La clave está en el equilibrio.

La televisión es un medio de comunicación cuya misión es entregar entretenimiento y cultura a su audiencia. Si se eligen bien los programas, puede enseñar a los niños a través de contenidos educativos e integradores. Sin embargo, de igual forma e incluso si tenemos mucho cuidado con la elección de lo que se ve, fomenta el sedentarismo y podría ser una de las causas de obesidad infantil si el menor se expone muchas horas a la pantalla, así lo explica la OMS. El organismo además reconoce que la falta de actividad física y la obesidad en los infantes puede ser provocada por la gran cantidad de horas que éstos dedican a los videojuegos, ordenadores y televisión.

Hay ciertas edades en las que un niño necesita comunicarse con los demás, interactuar, tocar, o explorar y la televisión podría retrasar e impedir el desarrollo de estas etapas. Por esta razón, la Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que los menores de 2 años no vean televisión y que los niños mayores a esta edad sólo se expongan a la pantalla máximo 2 horas cada día.

El organismo además detalló los problemas que podría causar el que los niños se vean demasiada televisión:

– Falta de actividad física y riesgo de obesidad infantil.

– Falta de interacción social con familia y amigos.

– Poco incentivo por la lectura y retraso en la capacidad y habilidad para leer.

– Comportamiento de acuerdo a los personajes de los programas que se ven.

– Problemas de atención.

Por otro lado, un estudio sobre “El impacto de Plaza Sésamo en los niños” realizado en Estados Unidos por Melissa Kearney y Phillip Levinge, reveló que el programa ha entregado beneficios educacionales a millones de niños en el país y que incluso el contenido que ofrece es similar al que se recibe en los jardines infantiles.

En definitiva, la televisión pasa a ser dañina para los niños cuando se está mucho tiempo frente a ella y cuando reemplaza actividades dinámicas. Es decir, no es peligroso que un niño o niña vea un programa de televisión, pero si ésta se convierte en la principal actividad del día, efectivamente el infante va a ver mermado su desarrollo.

Es cierto, ver televisión por sí sólo no es el mejor estímulo para el desarrollo de nuestros niños. Sin embargo, si se combina con actividades como jugar, pintar, bailar, compartir con otros, preguntar y dialogar con los padres, etc. sí se está consiguiendo un equilibrio adecuado que permitirá que los niños se desenvuelvan y que sean partícipes de las actividades que desarrollan.

Fuente emol.com

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