La mejor herencia para tus hijos

Cuando escuchamos la palabra «herencia», lo primero que viene a nuestra mente son imágenes de cosas materiales: terrenos, propiedades, casas, vehículos y toda clase de bienes, pero lo que nunca pasaría por nuestra mente con relación a la herencia es la palabra «fe».

Increíblemente la fe es un espíritu que puede ser heredado de una generación a otra. Un padre o madre que tiene fe y no la esconde, sino que la manifiesta constantemente, tiene la plena seguridad de que en el día malo esa fe no faltará en sus hijos y aun cuando muy renuentes estén ellos en aceptarla, más temprano que tarde, esa misma fe se hallará morando en sus corazones.

Nosotros como padres y creyentes tenemos la responsabilidad de dar a nuestros hijos la herencia gloriosa de la fe; no basta solo con inculcarles valores e impulsarlos a alcanzar éxitos terrenales, sino que tenemos que dejarles una herencia eterna como lo es la fe.

La fe es sin duda alguna la mejor de las herencias; ella nos conduce a una vida en victoria mientras transitamos por esta tierra, ¡Pero no se queda allí! Sino que trasciende a lo espiritual y una vez que dejamos este plano terrenal, nos conduce a una eternidad juntamente con Dios. Así que entendemos que la fe es una herencia incorruptible que nos asegura dos destinos: la victoria y la vida eterna.

Las palabras del apóstol Pablo al joven Timoteo dan testimonio de una fe heredada: “trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también», 2 Timoteo 1:5.

Como hijos de Dios debemos buscar la manera de dejar a nuestros hijos la mejor herencia. Esta herencia es la vida eterna, una vida nueva en Cristo, que esté sembrada de bendiciones y oportunidades de servir a Dios.

¿Qué les estás dejando a tus hijos? ¿Serán propiedades, bienes materiales, estabilidad económica? Todas esas son importantes, pero te tengo una noticia: ¡Son temporales! Todo aquello por cuanto hemos luchado terrenalmente va a quedarse en este plano; así que lo mejor que podemos hacer con nuestros hijos es enseñarlos a Creer en Dios.

«Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.», Proverbios 22:6.

Fuente: bibliatodo.com

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