El valor de una Oración

Señor, ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.

  • Si me das fortuna, no me quites la razón.
  • Si me das éxito, no me quites la humildad.
  • Si me das humildad, no me quites la dignidad.

Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla, no me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo.

  • Enséñame a querer a la gente como a mí mismo y a no juzgarme como a los demás.
  • No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso
  • Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo.

Enséñame que perdonar es un signo de grandeza y que la venganza es una señal de bajeza.

  • Si me quitas el éxito, déjame fuerzas para aprender del fracaso.
  • Si yo ofendiera a la gente, dame valor para disculparme y si la gente me ofende, dame valor para perdonar.

¡Señor…si yo me olvido de ti, Tú por favor nunca te olvides de mí!

No es cuánto oras…sino cómo oras y a quién oras lo que determina el valor de la oración. Si te diriges al Padre y tu oración es libre de egoísmos, vanidades o falsas ilusiones, entonces tendrás una oración de calidad.

Si lo afliges y él clama a mí, ciertamente yo escucharé su clamor. Éxodo 22:23

Entonces clamó el pueblo a Moisés, y Moisés oró al Señor y el fuego se apagó. Núm. 11:2

Entonces clamó Sansón a Dios, y dijo: Señor, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh, Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos. Juec. 16:28

Fuente: bibliatodo.com

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