Un día como hoy recordamos 503 años de la Reforma religiosa del siglo XVI que cambió el acontecer mundial y así también, el establecimiento del Día de las Iglesias Protestantes y Evangélicas en nuestra nación.
La Iglesia de Cristo, que nace en Pentecostés con el derramamiento del Espíritu Santo, inicia un tránsito que jamás ha sido fácil, incluso Jesús advierte a sus discípulos de su tiempo y los que en el futuro recibirían Su maravillosa salvación diciéndoles: “Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”; aquellos cristianos y los de todos los tiempos, fueron brutalmente perseguidos, flagelados y muertos junto a sus familias, sólo por haber recibido la remisión de sus pecados y la gloriosa esperanza de la vida eterna en Cristo y, conforme al mandato divino, compartieron esa Gracia maravillosa con quienes necesitaban creer en el unigénito Hijo de Dios.
Pese a las persecuciones y flagelos que han vivido miles, siempre ha existido un remanente fiel delante de la presencia de Dios, que ha confiado en las promesas del Altísimo, fieles oraciones que han permitido que la luz del Evangelio permaneciera por los siglos hasta llegar a nuestros días.
El camino que transita la Iglesia Evangélica en nuestro país no ha sido fácil ni lo es en estos tiempos, pero nos anima la Palabra de Dios y el bendito Evangelio de Jesucristo que “el justo por la fe vivirá”.
La Reforma Protestante y su poderosa influencia, con la que cubrió el mundo entero, nos sigue acompañando, puesto que nos sentimos parte de esta herencia divina, pues el amor de Dios permitió que muchos extranjeros venidos de diferentes partes del mundo hasta nuestro puerto principal en Valparaíso fueran portadores del Mensaje de Salvación.
Este 31 de Octubre hacemos un alto en las tareas propias de la evangelización para agradecer a Dios por que la semilla del Evangelio cayó en buena tierra y la presencia divina nos ha acompañado por generaciones.
Tal como lo he señalado en otras oportunidades: El futuro solo lo conoce el Señor, y sabemos que así como Él ha estado con nosotros en cada latido de nuestro corazón, también nos motiva en Su promesa, a ser fiel hasta la muerte, y Él nos dará la corona de la vida.
Amados Siervos y hermanos míos, pueblo evangélico de Chile: Dios les bendiga en este especial día.
Bernardo Cartes Venegas
Obispo Presidente
Iglesia Metodista Pentecostal de Chile