Hermanos, quiero hacerles partícipes de este testimonio para aumento de Fe, pero por sobre todas las cosas para dar testimonio de la grandeza de mi buen Dios, su poder, Su Gran Poder.
Mi nombre es Violeta Carrillo Carriel, cuando mi hija Magdalena tenía siete meses de edad, estando en casa, se enfermó de gravedad. En ese momento mi cuñado, estaba con nosotros ya que mi esposo se encontraba trabajando lejos del hogar y al ver que la salud de mi hija se complicaba cada vez más, lo único que pensé fue en llevarla a la Iglesia que estaba ubicada en calle Beaucheff #58 Sector Arenal Talcahuano. Fui en busca de mi pastor Víctor Valdebenito Aburto. En ese tiempo no había locomoción tan accesible por lo que tuvimos que caminar bastantes cuadras durante la noche; mi cuñado llevaba a mi hija en sus brazos, yo a cada segundo le preguntaba cómo iba mi hija, y El para tranquilizarme me respondía que bien.
Cuando llegamos a la casa pastoral, mi Pastor Víctor estaba despierto, inquieto, no me cabe duda alguna que el mismo Espíritu Santo lo estaba amonestando para que estuviese preparado para lo que estaba por suceder. Mi Pastor llamo a su esposa, mi Pastora Claudina Zúñiga y a su nuera la hermana Luz Rodríguez y entramos a la Iglesia; estando allí, les conté que mi hija se había agravado en casa y que no quería que muriera sin recibir la bendición de Dios para su vida. Todos muy acongojados por la situación, se dispusieron orar mientras que mi pastor bautizaba a mi pequeña hija; al terminar la bendición, mi hija falleció.
Volvimos a casa con mi hija fallecida, algunos familiares habían llegado y comenzaron a preparar las cosas para el velatorio, mientras yo acosta en mi cama a mi hija muerta. Era un dolor tan grande que sentía, ver a mi hija ahí, tendida en la cama, muerta, mi hija, mi bebe, mi angelito. Toda la familia estábamos desconsolados. Recordé un sueño, en el que el Señor me hablaba y me decía que Él se llevaría a mi hija Magdalena, yo le rogaba y clama a Dios en el sueño que no me hiciera pasar nuevamente por ese dolor, ya que mi hija mayor Laura, también había fallecido; en el sueño le prometí a Dios muchas cosas, entre ellas, que si El revertía su sentencia para mi hija, yo no dejaría de hablar de la grandeza de Su poder a las personas.
Ya habían pasado varias horas, ya se encontraba la familia reunida en casa y mi esposo también. Entre la familia que estaba presente, estaba la tía Rebeca, ella entraba y salía de la pieza donde estaba mi hijita acostada sobre la cama, cuando de repente me dice “Violeta, Magdalena, tu hija, no está muerta”. Obviamente yo no le creí, le dije que no se burlara de esa manera, menos en esa situación, pero ella seguía insistiendo al punto que le colocaron un espejo en la boca y nariz de mi bebe y efectivamente, el vidrio se empaño… volvieron a gritarme para que fuera a la pieza y mi gran sorpresa fue, que al entrar, mi hija estaba viva, mi hija había RESUCITADO Y ESTABA SENTADA EN LA CAMA.
Al otro día por la mañana llego a mi casa mi pastor Valdebenito junto a los hermanos Oficiales, nos traían una ofrenda de amor para ayudar en algo en los gastos, sin embargo no sabían el tremendo milagro que había acontecido. Al entrar a mi hogar, encontraron a mi pequeña Magdalena sentada, despierta, viva, Resucitada. Humanamente no tenían explicación para lo que había ocurrido, ellos fueron testigos de que mi hija había fallecido en mis brazos, por todos quienes estábamos ahí, había confiado en aquel que vino para dar vida, y vida en abundancia.
Ahora no puedo callar, no puedo no hablar de mi buen Dios, de su poder, de las misericordias que Él tiene para sus hijos y que aun cuando muchas veces hay sentencias de Dios para nuestras vidas, Dios siempre nos da la oportunidad, cuando cumplimos nuestras promesas, El también cumple las de Él… su Palabra y Sus Promesas son fieles y verdaderas. A nosotros solo nos queda seguir confiando, porque Él, tiene poder para resucitar los muertos, también tiene el poder para suplir cualquiera sea su necesidad.
A Dios le tributo toda honra y Gloria, desde ahora y para siempre.
Testimonio de Violeta Carrillo Carriel IMPCH Presidente Bulnes. Hualpén.
Corresponsales: Yuvitza Ortiz Orellana / Ester Vadebenito Rodriguez