En el año 1902, se estudiaba los Hechos de los Apóstoles. En un estudio de profesores en el principio del año, un hermano dirigió al pastor Willis Hoover esta pregunta ¿Qué impide que nosotros seamos una Iglesia como esta iglesia primitiva?. El pastor respondió: “No hay impedimento alguno, sino el que éste en nosotros mismos”. Así que todo el año en la Escuela Dominical esto era nuestro blanco; y todo acto, toda persona, toda manifestación de Dios en las lecciones se nos presentó como estímulo en esa dirección.