El Pastor Presbítero Narciso Vargas Bustamante fue ungido como Pastor de la amada Iglesia de Quirihue el día 5 de marzo de 1992, bajo la administración del recordado Obispo Javier Vásquez Valencia.
Su conversión a nuestro Dios, se remonta al año 1938, en la Iglesia de Limache, en consecuencia, su trayectoria en el camino del evangelio fue de más de 80 años, teniendo a Jesucristo como el Señor de su vida.
Posteriormente en el año 1947 se traslada a la Iglesia de Jotabeche 40, en esos años dirigida por el Pastor Manuel Umaña Salinas, ocupando diferentes cargos dentro de la Iglesia, como corista, ciclista, predicador, asesor de los Coros Unidos y Oficial Diácono de la Iglesia por un periodo de 25 años.
Al llegar a la Iglesia de Quirihue, en el año 1992, en un corto tiempo de su administración, comienza a construir el nuevo templo matriz, además la construcción de casino y oficinas. Como también los Locales de Ballica y Quitripil y el nuevo templo de El Peral.
El día 19 de diciembre de 1999 inaugura el Templo Matriz de la Iglesia de Quirihue, en ceremonia pública, por primera vez es reconocido en la comuna, un siervo de Dios por el hermoso templo que se construyó en la avenida principal de la ciudad, asistiendo el alcalde de la época, don Raúl Andrade Vera, quien por decreto alcaldicio número 992 entrega un galvano de honor con el escudo de armas de la ciudad, siendo reconocido en el ámbito público de dicha comuna.
Como siervo de Dios, al servicio de la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, ha ocupado los siguientes grados eclesiásticos. En el año 1992 asume como Pastor Probando y en el año 1994 es ascendido a Diácono, en marzo del año 2000 es ascendido a Pastor Presbítero, Superintendente en el año 2001, Jefe de Sector en marzo del año 2004 y en la Conferencia Extraordinaria de San Bernardo recibe el nombramiento de integrante del Presbiterio Mayor, cargo que desempeñó hasta el año 2008.
Así Dios bendijo a la Iglesia de Quirihue a través de su siervo, junto a su esposa Fabia Riquelme Esperanza, dándole grandes honras eclesiásticas, administrando una bella congregación que lo recordará con amor y cariño, más allá de sus días en esta tierra.
Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen. Apocalipsis 14:13.
Informa:
Hno. Gustavo Hancenn P.