“Tengo una mezcla especial de sentimientos en este día. Doy gracias por cada uno de mis consiervos que han llegado para acompañarnos junto a la Iglesia de Santiago Centro, a todos, Dios les bendiga. De manera muy especial, a mi estimado hermano Héctor Leal Amigo y a su digna familia, hermano nuestro que en Febrero del año 2007 toma a su cargo esta difícil tarea, pero Dios lo dotó de la gracia y el temple que se requería en esos momentos para iniciar el camino en Avenida Bulnes #188. Cultos de cerca de dos horas, lo que duraba el arriendo, hasta que aparece García Reyes #5, el templo que nos cobijó por un año, donde sólo cabían 62 sillas, quizás 63, pero el 64 quedaba de pie. Existía una cortina metálica por donde entrábamos, la puerta era chica, por lo tanto, todos nos inclinábamos para pasar esa puerta y entrábamos humillados a la Casa del Señor, incluyendo a los miembros del Presbiterio Mayor. Es la historia de esta Iglesia.
Como no recordar este tránsito que nos ha tocado en la Iglesia de Santiago Centro, hasta que aparece calle Esperanza #14. Dar gracias a Dios por los hermanos que iniciamos la marcha. Recordar los largos viajes del hermano Héctor Leal, desde Peñalolén al centro de la capital, a veces demorando más de dos horas para atender un servicio. Nuestro Dios que ve todas las cosas sabrá recompensarlo, con largos años de vida y una buena salud.
Cuantos pastores llegaron tanto a García Reyes como a este templo, a compartir una Palabra de bendición y a todos quienes nos han permitido avanzar hasta este tiempo: Gracias.
Cuando han pasado más de doce años, la Iglesia toma una forma organizacional, con pastor, Junta Oficial y todo lo que conlleva la Iglesia del Señor.
Algunas cosas puntuales me relacionan con quien será su pastor. Cuando el Señor me honra en el año 1986, en un sencillo templo matriz de San Nicolás. Está mi familia, y en esa época el hermano Alexis tenía sólo diez años de edad. El calendario de la vida me decía que en ese momento yo tenía cuarenta y cuatro años de edad. El hermano Alexis inicia la marcha en el pastorado también con 44 años. Una curiosa similitud. A más de un hermano de Santiago Centro le dije que en el calendario de Dios están todas las fechas. Llegó el momento de tener en la dedicación de un pastor. Agradezco a Dios, porque de mi descendencia, dos de mis hijos toman esta responsabilidad.
Tenía la facultad para enviar a mis hijos, posiblemente a iglesias grandes, pero sentí en mi espíritu que mis hijos inicien la carrera del pastorado donde se empapen del calor de la congregación, donde sean pastores no administradores, que cuando falte un hermano puedan llamarlos o visitarlos, dado que en la entrega a estas familias se vive de manera diferente. A mis hijos David y Alexis, Dios los bendiga.
Sesenta y cinco años atrás llegué a la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile siendo un niño, y se ha hecho verdad lo que dice la Palabra: Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará (Salmo 37:5).
Además, tengo la alegría que mi hijo asuma como pastor en una Iglesia de hombres con manos dignas, con el desafío en el tiempo de Dios, para que se inicie la construcción del futuro templo de la Iglesia de Santiago Centro. Dios me de vida para acompañarlos.
Gracias por mi esposa, mire hija lo que ha dado Dios en el camino de la vida.
Gracias, gracias a todos. Que el Señor nos bendiga.”
