Cuando el árbol es cortado

Los duros procesos que afrontamos en la vida pueden dejarnos sin esperanza; pueden hacernos sentir como árbol cortado cuyo único destino es la muerte.

«Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; Retoñará aún, y sus renuevos no faltarán. Si se envejeciere en la tierra su raíz, Y su tronco fuere muerto en el polvo, Al percibir el agua reverdecerá, Y hará copa como planta nueva», Job 14:7-9.

Aunque haya desaparecido aquel buen tiempo de abundancia y robustez que un día viviste, aunque el brillo de tus glorias pasadas haya sido opacado por la oscuridad de las duras tormentas, aunque tu vida se haya transformado en un completo caos sin sentido y aunque sientas dentro de ti un profundo deseo por devolver el tiempo y brillar una vez más, quiero decirte: ¡Este no es final! Aun queda de ti esperanza, y aunque te sientas como árbol cortado, retoñarás una vez que te encuentres con las aguas vivificantes del Espíritu Santo de Dios.

En este proceso que estás viviendo muchos te han dado por muerto, te han visto seco y sin posibilidades de reverdecer. No obstante, hay un agua que puede nutrirte y devolverte la vitalidad, este es el agua que Cristo ofrece: «A todos los sedientos: Venid a las aguas», Isaías 55:1. Una vez te encuentres con este manantial serás saciado, reverdecerás y te convertirás en un árbol completamente nuevo.

El proceso no ha sido fácil, pero en medio de ello Dios ha estado contigo, recuerda que ha dicho en su Palabra que estaría con nosotros todos los días hasta el fin (Mateo 28:20), de modo que en medio del dolor ha estado allí, Él sabe cuan herido estás y con débil te sientes, por eso hoy te ofrece la oportunidad de restaurarte y convertirte en un árbol frondoso que brinda sombra y cuyos frutos son saludables.

Si te sientes como un árbol cortado y crees que no hay esperanzas de reverdecer y dar fruto, ve a la presencia de Dios, allí encontrarás el vital líquido que te sustentará y te fortalecerá en cuerpo, alma y espíritu. Un árbol sin agua se deshidrata y muere, del mismo modo nos sucede a nosotros cuando nos alejamos de Cristo, vamos por la vida secos deshidratados y sin fuerzas para crecer… No pierdas tiempo, hoy es el momento de reavivarte en la presencia de Dios.

«Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará», Salmo 1:3.

Fuente: bibliatodo.com

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