Santa Ana de Queri, Yerbas Buenas, Domingo 9 de Febrero de 2020. La Palabra del Señor es el alimento espiritual para cada cristiano, por intermedio de ella la hermandad es edificada, aconsejada y fortalecida. En el desarrollo del culto de clausura de esta 111° Conferencia Anual e Internacional, la lectura y exhortación de la poderosa palabra de Dios estuvo a cargo del Obispo Presidente de nuestra entidad, Bernardo Cartes Venegas.
La porción bíblica se encontró en Mateo 14:34-36, siendo expuesto el mensaje, primeramente, exhortando a la hermandad a ser ejemplo para la sociedad civil que no conoce a Dios. Posteriormente se invitó a recordar los inicios de la iglesia, como con un gran sacrificio de la hermandad servían en la Obra del Señor, pues debían caminar largas distancias para congregarse tan solo algunos minutos; sin embargo, el amor por el Señor era tan grande que los hermanos voluntariosamente acudían a los Templos. En esta ocasión se hizo hincapié en imitar ese amor, aprovechando los medios y tecnologías que en la actualidad el Señor nos ha entregado. En último lugar, y haciendo referencia a la palabra leída, el Obispo Cartes aconsejó a los asistentes a tener fe en el Dios de milagros, ya que sin importar el dolor o la enfermedad que los aquejaba, el Señor podía hacer la obra de sanidad, tal como lo había hecho en la tierra de Genesaret con todos los que tocaron su manto.
Para concluir, nuestro Obispo realizó una oración por todos los hermanos y hermanas que tenían necesidades de dolencias y enfermedades en aquella hora, haciendo mención de la alabanza “Solo creer, todo es posible, solo creer”, instando así a poner nuestra confianza en Dios. Además, agradeció al Señor por estar desarrollando la Conferencia en una zona rural, lugar que fue elegido por un sentir que el Señor puso en su espíritu, y que se vio reflejado en bendición para todo el pastorado y hermandad que participó de ella, cumpliéndose así la palabra de Dios, “Bendito serás tú en la ciudad y bendito tú en el campo”.
“Le rogaban que los dejara tocar aunque fuera el borde de su manto. Los que tocaban su manto quedaban sanos”.
Mateo 14:36