Este testimonio relata parte de mi vida, una búsqueda hacia una salida que yo necesitaba, sobre el poder de Dios manifestado en mi vida, pero por sobre todo el amor, el Inmenso amor que tuvo mi Señor por este hombre pecador y lleno de maldad.
A la edad de 20 años y en el momento más crítico de mi vida, cuando la necesidad se manifestaba en todas sus formas físicas, morales y espirituales desde lo más profundo de mi alma exprese mi más grande necesidad y dije: “COMO ME GUSTARIA NACER DE NUEVO”, para cambiar todo lo malo que había en mi vida y tomar un rumbo diferente que me permitiera estar bien, en paz y feliz, cosa que nunca pude lograr con mis propias capacidades, ni con la ayuda de los demás necesitaba urgentemente abandonar mis permanentes conductas de maldad, la indiferencia y desconsideración con mis padres, con mis hermanos, con mi prójimo, la adicción a los vicios, un espíritu de frustración y una horrible depresión que me atormentaba cada día. Pero en el intento de cambiar solo obtenía rotundos fracasos y la situación se volvía cada vez más crítica, hasta llegar al punto de la miseria, que es la realidad de aquellos que viven lejos de Dios.
Un día gris de invierno estando en la más completa soledad sin la compañía de un ser querido, sin amigos, sin trabajo, económicamente arruinado y enfermo de mi alma y de mi carne; clame a Dios y le dije que si en realidad Él existía, que por favor me ayudara y me permitiera tener paz y Dios que es tan misericordioso y por su gran amor que tiene hacia el pecador atendió a mi desesperada suplica; el lugar donde yo estaba se llenó de una potente luz y una presencia gloriosa se posó sobre mí, sentí de manera tan real el abrazo de Cristo resucitado y que no solo venía a darme paz sino que amorosa y generosamente perdonó mis pecados, se llevó mi tristeza, me saco del pozo profundo de la depresión, me inundo de paz y me hizo su hijo; desde ese glorioso día de agosto de 1990 y en un amoroso proceso, Dios ha estado obrando en mí LA BENDITA REGENERACIÓN.
Estoy maravillosamente sorprendido del poder de mi Señor en la persona del Espíritu Santo que ha cambiado mi vida y ha cumplido el anhelo de mi alma que era NACER DE NUEVO, solo Él ha podido provocar esos cambios tan profundos y donde había indiferencia y desconsideración Él ha puesto amor, en lugar de adicción a los vicios ahora adicción a su palabra y al servicio; en lugar del espíritu de frustración Él ha puesto espíritu de poder de amor y dominio propio y arrancó de raíz la terrible depresión y en su lugar me ha dado vida y vida eterna.
Estoy completamente convencido que solo Dios puede provocar cambios profundos en la mente, en el corazón y en todas las conductas pecaminosas de los individuos y no solo eso sino que hacer de ellos nuevas criaturas “ENGENDRADOS NO POR VOLUNTAD DE CARNE NI POR VOLUNTAD DE VARÓN SINO QUE DE DIOS Y REGENERADOS NO POR LA EFICACIA DE UN PROCESO MEDICO O HUMANO SINO POR EL PODER DE DIOS”
A Él sea la gloria por siempre y para siempre.
Testimonio de Abraham Tapia Neira / Iglesia de Lenga
Corresponsal Ester Valdebenito Rodríguez