Septiembre, es un mes muy particular para todos quienes vivimos en Chile, ya que se inicia la celebración de un nuevo aniversario patrio, como también para los cristianos, una nueva conmemoración del mes de la biblia y como no nombrarlo, un nuevo aniversario de nuestra Iglesia Metodista Pentecostal de Chile.
En las escuelas, se hace mucho énfasis en la importancia del 18 de septiembre para nuestra patria, y en el acto cívico donde muchos de nosotros debemos participar, como es el desfile en conmemoración de la patria.
Es importante conocer la historia de nuestra patria, para reconocer el motivo y la base de muchas de las políticas y formas de vida que se presentan, como también para crear una identidad chilena. Como Metodistas Pentecostales, también es importante que conozcamos más a fondo sobre nuestra iglesia, sus orígenes, sus dogmas y así poder tener la convicción de defender mi fe, defender el lugar donde me estoy congregando y si realmente creo que a Dios le agrada la forma en que engrandezco su nombre.
Al dar lectura a la Palabra del Señor, vemos a algunos personajes que dedican tiempo a compartir sus conocimientos sobre el Poder de Dios, como también a dejar plasmado por escrito, aquella información para las generaciones futuras, como fueron Moisés, David, Salomón y el Apóstol Juan. Este acto no es sólo para formar un libro, el cual celebramos en este mes (La Biblia), sino también es para que podamos estar más cerca de Dios, y él nos pueda hablar por medio de aquellas líneas, llenando nuestra vida de su presencia, guiando así, nuestros pasos en este mundo.
De aquella misma forma, quienes dejaron plasmado parte de las historias vividas por nuestros próceres de la patria, tenían como objetivo que las futuras generaciones conozcamos nuestros orígenes como nación y que podamos defenderla siempre, para que no vengan extranjeros a contarnos una historia diferente, que nos pueda alejar de ese amor hacia nuestro país.
Cuando llega este mes, donde no sólo se recuerda el acto de impresión de la primera biblia de habla hispana (26 de septiembre), sino también como se formó nuestra misión Metodista Pentecostal, es bueno aprender y recordar en algunos casos, cual fue la base de aquellos tiempos, donde las almas se entregaban al Señor, el mover del Espíritu Santo estaba presente en todo momento, moviendo a las congregaciones, donde en cada cantón de calle se podían visualizar y escuchar puntos de predicación, no sólo de nuestra iglesia, también de iglesias hermanas, quienes estaban pregonando las gratas nuevas de salvación a toda persona, cumpliendo el mandato “Ir por todo el mundo, y predicar el evangelio a toda criatura. (Marcos 16:15)”.
Que este mes, no sea sólo para llenar nuestra carne, con empanadas, anticuchos, mote con huesillo y tantos otros alimentos “clásicos” de septiembre, que también sea un mes para llenar aún más nuestro espíritu con palabra de Dios, aprendiendo y comprendiendo cuales son los fundamentos de nuestra fe, entregándonos enteros a la voluntad de Dios, para que no sólo seamos reconocidos como chilenos, sino también, seamos reconocidos como Hijos del Dios Altísimo, dispuestos a dar la buena batalla para que se siga expandiendo la Palabra del Señor.
Para Dios, honra y gloria.
Por Bethania Vejar Catalán / Corresponsal IMPCH Barrio Prat