Significado y origen de su nombre: “semejante al sol”, “fuerte” o “hijo del pavor”. Algunos entienden que el nombre se deriva de shemesh, “sol”, con una desinencia diminutivo que le da el sentido de “solecito”; otros lo relacionan con el verbo shâmam, “destruir”, y argumentan que Sansón significa “destructor”.
Procedencia y Origen familiar: Sansón fue hijo de Manoa, cuya esposa, al igual que Sara, Ana y Elisabet, era estéril. Su nacimiento, como los de Isaac y Juan el Bautista, fue anunciado por un ángel (Jueces 13:3). Estaba destinado a ser nazareo (hebreo naµzéÆr; ‘separado’ o ‘consagrado’) desde su nacimiento.
Los padres de Sansón vivían en Zora, en la frontera entre Dan y Judá, en la Sefela, unos 22 km al Oeste de Jerusalén.
Vida y Obra de Sanson: Según el relato de la Biblia hebrea, Sansón fue uno de los últimos jueces israelitas antiguos. Su historia se describe en el Libro de los Jueces, entre los capítulos 13 y 16.
Estaba destinado a ser nazareo (hebreo naµzéÆr; ‘separado’ o ‘consagrado’) desde su nacimiento. Generalmente el voto nazareo se hacía voluntariamente por un período limitado (Nm. 6.1–21). Sansón tomó en serio sólo una de las estipulaciones que requería el voto nazareo, la de su cabello.
Los israelitas habían vuelto a adorar a Baal y Aserá y, por esto, Yahveh Elohim, Dios, los entregó en manos de los filisteos por 40 años. Un ángel de Yahveh se apareció a Manoa, de la tribu de Dan, en la ciudad de Zora, y a su mujer (Hatzlelponi), que era estéril. El ángel les predijo que su hijo liberaría a Israel de los filisteos. Según él, la futura madre no debía tomar ni vino ni sidra ni comer nada impuro, y el hijo que nacería no debía cortarse el cabello. Siendo joven, Sansón deja su pueblo para visitar las ciudades filisteas, donde se enamora de una mujer de la ciudad de Timnat, con quien decide contraer matrimonio, a pesar de la oposición de sus padres, que prefieren una joven israelita. Esta decisión se presenta como parte de un plan de Yahveh para atacar a los filisteos. De camino a la petición de mano, es atacado por un león, al que mata desgarrándolo en dos.
Yendo a la boda, observa entre los huesos del león un enjambre de abejas con miel, la cual prueba y luego ofrece a su padre. En la fiesta de boda organizada por Sansón, el héroe propone a treinta mozos filisteos un acertijo; si lo resuelven, les daría treinta piezas de lino fino y otros tantos vestidos. Si no, ellos le harían el mismo regalo a Sansón. Tenían los siete días que duraba la fiesta para resolverlo. El acertijo es el siguiente: «Del que come salió comida, y del fuerte salió dulzura». El enigma es una referencia al león que mató y la miel que de él salió. Como sólo Sansón estaba presente en esa lucha, los treinta mozos no pueden obtener respuesta durante tres días. Al cuarto día, se dirigen a su mujer, amenazándola con prenderle fuego a ella y a la casa de su padre si no descubre la solución. Ante los lloros de su esposa, Sansón decide al séptimo día contarle la respuesta, y ella se la da a sus paisanos. Antes de la puesta de Sol de ese séptimo día, los filisteos le hablan: « ¿Qué hay más dulce que la miel, qué hay más fuerte que el léon?». Sansón responde: «Si no hubieseis arado con mi novilla, no habríais adivinado mi acertijo»
Baja entonces a Ascalón, mata a treinta hombres, a los que roba sus vestidos, y se los da a los mozos. Contrariado, se aleja y llega a casa de su padre. Su esposa es dada a otro hombre. Cuando Sansón quiere verla, su suegro se niega, pero le ofrece la hermana menor de la mujer, más bella. En represalia, el israelita caza a trescientas zorras, atándolas por el rabo de dos en dos, y poniendo una tea entre ambos rabos, suelta a los animales por el campo, haciendo arder todas las cosechas enemigas. A su vez y para vengarse, los filisteos queman a su mujer y la casa del padre de ésta, a lo que Sansón responde dando a una paliza a muchos de ellos.
Tras esto, se refugia en la roca de Etán. Mientras tanto, los filisteos acuden a Judá pidiendo que entreguen a Sansón. Tres mil hombres de este pueblo lo encuentran, y prometiéndole no matarlo, lo atan y se disponen a entregarlo. Pero cuando esto iba a ocurrir, Sansón rompe las cuerdas, se libera, y usando la quijada de un asno, mata a mil filisteos. Después de esto, es juez de Israel durante veinte años.
Tras ese tiempo, Sansón huye a Gaza, quedándose en casa de una prostituta, la que para un forastero y encima israelita sería el único sitio donde alojarse. Sus enemigos lo esperan a la entrada de la ciudad para matarlo, pero aprovechando la noche, arranca las puertas de la ciudad y se la lleva al monte en frente de Hebrón, dejando a sus enemigos con el problema de una ciudad indefensa al perder sus puertas principales. Allí se enamora de Dalila (mujer filistea). Los filisteos, a cambio de monedas de plata, la sobornan (Jue 16:5,18) y la incitan a lograr que Sansón le revele el secreto de su fuerza. Sansón la engaña, respondiéndole que sería vencido si lo atasen con siete cuerdas húmedas. Dalila le hace caso y lo ata, pero él rompe las cuerdas fácilmente. La mujer vuelve a preguntarle, a lo que él responde que bastaría con atarlo con cuerdas nuevas para que se convirtiese en un hombre normal. Ella le hace caso y él vuelve a romperlas con facilidad. Dalila insiste en querer saber su secreto, y Sansón vuelve a mentirle, diciéndole que se debilitaría si lo atasen sus siete trenzas con hilos, sujetándolas con clavos. Ella lo intenta y vuelve a fracasar por tercera vez.
Tras mucha insistencia por parte de la mujer, Sansón le confiesa que perderá toda su fuerza si le cortan el cabello. Así lo hace un sirviente y lo deja sin su extraordinaria fuerza. Es de notar que su fuerza se debía al juramento nazareo (Jue 13:25; 15:18), el cual Sansón mismo había roto al dejar que Dalila tuviera la oportunidad de cortarle el cabello (Deut. 7:3,4). Sansón no ignoraba que esa mujer era indigna (Jue 16:8, 12,14). Los filisteos terminan capturándolo, le sacan los ojos y lo llevan a Gaza, donde, prisionero, trabaja moliendo grano para sus enemigos. No obstante, su pelo vuelve a crecer, restableciéndose el símbolo de su relación con Dios.
Un día, los jefes filisteos se reúnen en el templo para ofrecer un sacrificio a Dagón, por haber puesto en sus manos a su enemigo. Hacen llamar a Sansón para que los entretenga a ellos y a las tres mil personas que allí había. El israelita pide al joven que lo conducía que lo deje entre las columnas sobre las que descansa el edificio, para poder descansar. Sansón invoca Yahveh: Yahveh!, te lo suplico, acuérdate de mí. Dame fuerzas sólo una vez más, y de un sólo golpe me vengaré de todos los filisteos”. Haciendo fuerza sobre las columnas, añadió: “Muera yo con los filisteos”.
El edificio se vino abajo, de tal forma que mató a más personas al morir de las que había matado durante toda su vida. Sus familiares recuperan su cuerpo y lo enterraron cerca de la tumba de su padre, Manoa. Cabe destacar que gracias al derrumbe del templo, los filisteos resultaron seriamente debilitados dado que en dicho acontecimiento murieron todos sus líderes políticos, militares y religiosos, perdiendo además gran parte de su control e influencia en Israel.
Recopilación información: Equipo Temas Bíblicos