Tacna 15 de Enero, 2015. En los cultos de la tarde, pastores y delegaciones de hermanos Metodistas Pentecostales de Chile y Perú se han reunido bajo la presencia del Espíritu Santo.
Resulta maravilloso comprobar que para alabar el Nombre de Jesucristo no se necesita de un dialecto o idioma en particular sino que basta que la dulce presencia del Espíritu del Señor more en los corazones de sus hijos agradecidos.
Hermanos de lejanas comunidades indígenas han dedicado bellas melodías a Dios en lengua aymara o en quechúa, lenguas desconocida para varios pero que en el idioma celestial eran comprendidas y respondidas con expresiones de júbilo.
Podemos afirmar que no existen barreras culturales para bendecir el Glorioso y Eterno Rey.
Pablo Villouta C.
Comunicaciones IMPCH