Personajes Bíblicos | Esdras

Significado y origen de su nombre: Esdras es un nombre propio masculino en su variante en español, procede de la palabra hebrea Ezrá y significa al que Dios ayuda.

Procedencia y Origen familiar: Esdras es descendiente de Aarón, el primer Sumo Sacerdote.

En el libro de Esdras 7:1-5 indica que Esdras es hijo de Seraías, hijo de Azarías, hijo de Hilcías, hijo de Salum, hijo de Sadoc, hijo de Ahitob, hijo de Amarías, hijo de Azarías, hijo de Meraiot, hijo de Zeraías, hijo de Uzi, hijo de Buqui, hijo de Abisúa, hijo de Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, primer sacerdote.

Vida y Obra de Esdras: Cómo mencionamos al principio, Esdras era descendiente de Aarón, por lo cual le correspondía ejercer el Sacerdocio. Éste tenía características muy sobresalientes entre los judíos cómo las que nos revela Esdras 7:6-12. Eran notorias, para todo el pueblo y para el rey Artajerjes, las cualidades de éste judío y nos las hace saber a través del capítulo 7; las cuales podemos enumerar de la siguiente manera: Escriba diligente en la ley de Moisés (v.6), halló gracia frente al rey (v.6), Dios estaba con él (v. 6), listo para inquirir la ley de Dios (v.10), listo para cumplir la ley de Dios (v. 10), listo para enseñar al pueblo la ley de Dios (v. 10), escriba versado y erudito en la ley de Dios (v. 11 y 12).

A este siervo de Dios se le atribuyen 3 obras literarias de las cuales son 1 y 2 Crónicas y Esdras (456 – 425 a.C.); aunque algunos creen que Esdras y Nehemías participaron juntos para el libro de Nehemías. También se presume que hay libros apócrifos atribuidos al Sacerdote Esdras.

Él fue el encargado de la restauración del templo, como de la restauración espiritual, moral y social del remanente que regresó del cautiverio en Babilonia, bajo el liderazgo de Zorobabel, y Esdras. Por mandato del rey Artajerjes y por supuesto por la palabra de Dios (Esdras 7:13-14), Esdras fue animado a regresar a Jerusalén, a reiniciar las actividades religiosas en el templo y a revivir el espíritu de los judíos. Para este hombre como para cualquiera de nosotros no era nada fácil, pero contaba con la ayuda de Dios.

En el año 458 a.C. aproximadamente, Esdras regresa a Jerusalén por el ya mencionado mandato de Artajerjes. Junto con él vienen otros judíos del cautiverio (cap. 8) para establecerse en Judá. Su regreso aunque contaba con el apoyo del rey, fue un acto valiente y un acto de fe por la declaración del mismo Esdras (8:21-23), porque no llevaban el respaldo del rey con guardias ni cabalgadura, sólo la fe en que Dios les protegería su viaje. Con este acto vemos la fe de Esdras, como otra de sus cualidades.

En la vida de este personaje ya era suficiente responsabilidad una carta del rey dirigida a él, liderar a una parte de la nación para llevarlos a Judá, llevar los tesoros del rey al templo, etc. pero sin duda, la parte más difícil de su vida fue su rol de Sacerdote, de guía espiritual. En Esdras 9-10 y en Nehemías 8-10, podemos ver las dificultades, decepciones y también gratificaciones de este hombre de Dios. La primera dificultad y decepción de Esdras es la que vemos en Esdras 9 y 10; donde el pueblo de Dios se había corrompido y se había unido a las mujeres de las naciones extranjeras. Esdras estaba triste y atribuye la mala condición de Judá a este pecado (Esdras 9:6-15). Esta aflicción que tenía en su alma podemos atribuirlo a que era un erudito y versado en la ley como ya se mencionó anteriormente; al conocer la ley de Moisés sabía que el pueblo estaba actuando erróneamente, pero no sólo eso, sino que también estuvo dispuesto a enseñarle al pueblo y aplicar la ley para reparar el daño (Esdras 10:1-5). Esdras en su vida encabezó o supervisó, uno de los acontecimientos más dramáticos en la historia del pueblo de Dios; éste tomando fuerzas de los mismos compatriotas y con la mano de Dios, vigila que el pueblo cumpla su palabra, el de despedir a sus mujeres aquellos que tomaron para sí de otras naciones (Esdras 10).

No todo fue amargura, sino que también experimentó la alegría al ver que el pueblo de Dios entendía las leyes y se apresuraba en cumplirlas (Nehemías 8:5-8, 13-18).

Esdras fue un hombre de fe y tenía esperanza en Dios, además de tener un carácter muy humilde. Cumplió a cabalidad su función espiritual y terrenal y no desmayó, pese a lo duro y difícil de su tarea perseveró y Dios bendijo y restauró al pueblo de Israel a través de este varón.

Por Área Temas Bíblicos 

 

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