Personajes Bíblicos | JACOB

Significado y origen de su nombre: Jacob es un nombre bíblico de origen hebreo, latinizado en “Iacob”. Se cree que es una forma abreviada de “Ya’qub’el” formado por “sostener” y “Dios”, por lo que se le podría atribuir un significado simbólico de “Dios ha sostenido” o “Dios ha ayudado”. También existe una etimología popular basada en la interpretación de La Biblia, por la que este nombre se relacionaría con “aqeb” que significa “talón, planta del pie” ya que, según el relato bíblico, Jacob nació agarrado al talón de su hermano gemelo Esaú (Génesis 25:25)

Procedencia y Origen familiar: Jacob fue hijo de Isaac y Rebeca, y hermano gemelo de Esaú.

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El carácter de los dos gemelos era muy diferente. Mientras Esaú era cazador, impulsivo y amante de la naturaleza, Jacob era tranquilo, letrado, y dedicado a “labores de tienda”.

Nieto del patriarca Abraham, su nombre aparece en las genealogías (Mateo 1:2; Lucas 3:34). Más significativa es la frecuente mención conjunta de “Abraham, Isaac y Jacob”, donde éste aparece junto a los otros dos, como tipo de los que son eternamente bendecidos (Mateo 8:11; Lucas 13:28).

Jacob tuvo doce hijos con sus dos esposas, Lea y Raquel, y también con las siervas de ellas, Bilha y Zilpa (Génesis 35:24-26) Los hijos de Jacob formaron las doce tribus de Israel (Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Dina, Neftalí, Gad, Aser, José y Benjamín).

Vida y obra de Jacob: Según se calcula, Jacob nació el año 2000 (antes de Cristo) en la tierra de Canaán. Fue uno de los más importantes patriarcas de aquellos tiempos, cuya historia se relata de manera pormenorizada en el Libro de Génesis.

Nació con la mano trabada en el calcañar de su hermano Esaú. Desde el vientre de su madre, comenzó a manifestarse un adelanto, de lo que más tarde se produciría en la historia del pueblo hebreo, la división de pueblos. Esto confirmaba la palabra de Jehová entregada a Rebeca, relatada en Génesis 25: 22-23.

Jacob era muy distinto a su gemelo Esaú. Se caracterizaba por ser un varón quieto que habitaba en tiendas (Génesis 25:27), a diferencia de hermano, quien era un cazador muy diestro. Por esto mismo Isaac mostraba más amor por su Esaú, y Jacob era más amado por su madre.

La historia de Jacob comienza a tomar otros matices, cuando suplanta a Esaú, tomando la primogenitura del hijo mayor, hecho que aprovechó debido al hambre que sentía su hermano (Génesis 25:27-34). De este modo Jacob se convirtió en el portador de la promesa divina, y en heredero de Canaán. Sin embargo, esta suplantación irritó grandemente a Esaú, y Rebeca tuvo que rogar el permiso a Isaac, para que Jacob huyera de la ira de su hermano a Padan-aram (Génesis 28:1-5).

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Saliendo de su casa Jacob se dirige a Harán, donde tiene un sueño, en el cual Jehová mismo le bendice, prometiéndole que le daría ese lugar, que más adelante Jacob lo denomina “Bet-el”. Fue así, que llegando a las tierras de Labán, su tío materno, conoce a Raquel, su prima (hija de Labán). Jacob se enamoró de Raquel y le ofreció a su padre trabajar siete años para él, si se la entregaba como esposa. Los años transcurrieron “como unos cuantos días” debido al amor tan profundo que Jacob sentía por Raquel. Sin embargo, a Jacob le engañaron el día de la boda: le entregaron a Lea, la hermana mayor de Raquel. Labán le ofreció la siguiente explicación: “No se acostumbra dar la menor antes de la primogénita”. Después de celebrar esta boda por una semana, Labán también le entregó a Jacob su hija Raquel como esposa con la condición de que trabajara otros siete años en pago por ella. (Génesis 29:16-29).

Pasaron los años, Jacob trabajó ardua y honestamente para Labán, y Jehová estaba con él. Cuando observó que ya estaba sobre bendecida la casa de su tío y suegro, Jacob quiso volver a la tierra de Isaac y trabajar para su descendencia. Para ello tuvo que huir de Labán quien no deseaba dejarle ir, por la prosperidad de su trabajo, pero Jehová una vez más interviene y permite que Jacob continúe su camino.

El reencuentro entre Jacob y su gemelo Esaú era inminente, lleno de incertidumbre, seguramente Jacob en esa situación no podía dormir. Fue entonces que lucha contra un “varón” durante toda la noche, hasta que este “hombre” lo marca descoyuntando su muslo. Jacob sin cesar no lo suelta, y le dice “no te dejaré sino me bendices”. Esta solicitud de Jacob, vino a confirmar más la promesa de Dios a sus patriarcas y a su vida. Era un ángel enviado por Dios para bendecirle, cambiándole su nombre a Israel. Jacob llamó ese lugar “Peniel” porque luchó con Dios cara a cara (Génesis 32:22-32)

Posterior a este encuentro divino, se reconcilia con su hermano Esaú, quien lo recibe con amor benigno a Jacob y toda su casa. (Génesis 33)

Jehová iba delante de Jacob en todos los días de su vida, y nuevamente se le aparece a él, en el mismo lugar cuando Jacob huía de Esaú. Dios mismo le confirma la bendición del cambio de nombre, denominándole Israel, y además le señala que una nación saldría de él junto con un conjunto de naciones, y reyes de sus entrañas. Jacob llamó entonces a ese lugar “Bet-el”, que significa “Casa de Dios”.

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Jacob se asentó en la región de Hebrón, continuando en el trabajo de ganadería y agricultura. Cuando sobrevino el hambre, fue a Egipto donde pasó los últimos años de su vida. Antes de morir, adoptó a Manasés y Efraín, hijos de José, a quienes les concedió una bendición especial, manifestando preferencia por Efraín, a quien bendijo como primogénito, siendo que era menor que Manasés (Génesis 48).

Jacob antes de morir, bendice a todos sus hijos, quienes conformaron las 12 tribus de Israel.

Jehová mantuvo a Jacob desde su vientre hasta que se cerraron sus ojos, porque Israel jamás se olvidó de él y lo tomó como guiador de su vida, así tal cual lo hicieron su abuelo Abraham y su padre Isaac. Cada paso que daba, la bendición de Jehová era visible.

Jacob muere a los 130 años de edad, aproximadamente. Fue sepultado en la tumba de la familia en Macpela, cerca de Hebrón (Génesis 50:13).

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