El avance de la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile fue impresionante, se puede observar que ya son varias las zonas del país que se encuentran cubiertas, lamentablemente en la década de 1930 se producen serias diferencias dentro del liderazgo del pastorado, lo que llevó a que la Iglesia se separara, un grupo continuó siguiendo el liderazgo del Pastor Hoover, y formaron la Iglesia Evangélica Pentecostal, el resto de los pastores con sus congregaciones continúan como Iglesia Metodista Pentecostal de Chile bajo el liderazgo del Pastor Daniel Venegas de Concepción, durante algunos meses, pero es innegable que la persona del Pastor Manuel Umaña Salinas (Pastor de la Iglesia de Jotabeche) va teniendo cada vez más importancia, convirtiéndose de esta manera en un líder innato dentro de la Iglesia, hasta tomar paulatinamente la dirigencia nacional a su cargo.
Han transcurridos más de 100 años de Historia, donde el poder del Espíritu Santo se ha movido dentro de la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, y ha sido también una instancia de bendición a algunas naciones extranjeras. De ser unos cuantos creyentes durante finales del siglo XIX y comienzos del XX, actualmente Chile cuenta con cientos de miles de creyentes evangélicos, producto indiscutible del trabajo misionero que vino como consecuencia del derramamiento en este país del poder que se evidencia en los testimonios del Libro de los Hechos en la ciudad de Jerusalén, en los primeros años de la historia de la Iglesia.
Los evangélicos entonces no son tan recientes como algunos pretenden hacerlos parecer, si se es minucioso y lector de las Escrituras, se puede apreciar que sus postulados ya estaban presentes en la Iglesia del primer siglo, donde las señales y prodigios son una constante, producto de la búsqueda sincera de la Presencia de Dios en sus vidas.
Un siglo de historia en Chile, pero una historia cuyo final se proyecta hacia la eternidad, donde los salvados habrán de morar con su Creador. Desde las altiplánicas tierras de las regiones del norte, las zonas desérticas, las ciudades portuarias, los valles centrales, la Cordillera de Los Andes, la Cordillera de la Costa, las tierras del sur, las islas, los canales, la Patagonia y las frías tierras australes, tanto campos como ciudades, han sido testigos del transitar y pregonar de hombres y mujeres que una vez que han tenido en sus vidas el Don de la Salvación y el poder del Espíritu Santo, no han podido callar lo que han visto y oído y comparten por gracia, lo que por gracia han recibido.
“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”
Hechos 1: 8