Mercedes Gutiérrez Morales, nació el 8 de septiembre de 1862 en los alrededores de Parral. Era una niña de baja estatura, de cabellos castaños y de rostro tostado por el sol, quien sobresalía de las otras niñas de su edad por su fuerza e inteligencia.
Al llegar a los 22 años de edad, empezó a trabajar como empleada de mesón en la Tienda llamada Casa Francesa, trasladándose con los dueños a la capital donde continuó su trabajo. Su afinidad con la clientela, le permitió conocer a una sincera amiga con quien compartía sus momentos libres conversando del Evangelio del Señor. Un día recibe una cariñosa invitación para asistir a su Iglesia, así participó un domingo en la noche, agradeciendo la invitación porque en su corazón sintió una alegría desconocida para ella y esto le creó un interés de continuar participando.
Cuando sus hospedadores se enteraron de tal decisión, le dijeron que si deseaba continuar en la tienda y en el hogar tenía que retirarse de esa Iglesia porque no querían contradicciones de religiones en el medio. Mercedes respondió: “No dejaré el Evangelio de Jesucristo, porque es verdad y Salvación”. Dios le proveyó de un nuevo hogar con su hermana y amiga Lastenia, en un ambiente de gran amor cristiano.
Junto a su nueva familia se traslada a Limache en 1904, donde ejerce su oficio de modista y conoce a Manuel Umaña Salinas, con quien contrae matrimonio. Gracias al cariño de ella, logra que Manuel la acompañe a la Iglesia, comienzan a asistir a la Iglesia Metodista Episcopal y después de un año de clamor, vio coronados sus esfuerzos y su fe cuando su esposo, llega también a los pies de Cristo, integrando la Liga de Jóvenes de la Iglesia. Más adelante, será ella quien solicitaría al Pastor Torregrosa, que su esposo participe de los Estudios Bíblicos.
Regresan a Limache por un año, y ahí el Señor ordena a su esposo que se dirija a Santiago a pie, predicando en el trayecto. Al concluir el fatigoso viaje, se congregan en la naciente Iglesia Metodista Pentecostal de Santiago, donde posteriormente serían llamados al Ministerio Pastoral.
Los primeros años frente a la pequeña grey fueron de muchos padecimientos. Mercedes realizaba quehaceres de casa y echa mano a sus oficios de tejido y costura, lo que no alcanzaba para mantener el hogar, por lo cual muchas veces se alimentaron de los berros que su marido recogía en el campo, sin embargo Dios era con ellos confirmando su trabajo con la organización de la primera clase de Dorcas, empezando con niñas entre los 15 y los 18 años, compañeras juveniles que el Señor colocaba para que le ayudasen principalmente en la oración por la Iglesia.
Tras 42 años de trabajo y esfuerzo en la Obra del Señor, se distingue su labor en la Conferencia Anual de 1951, recibiendo el nombramiento de Diaconisa de la Misión.
Después del fallecimiento de su esposo, Pastor y Obispo Rev. Manuel Umaña Salinas, tuvo una vejez digna, rodeada del cariño de su amada Iglesia y el reconocimiento de su esforzada labor en el pregón del plan de Salvación de Jesucristo como la primera Diaconisa de la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, siendo llamada a la presencia del Señor el 21 de octubre de 1967.