Yo NO participo de HALLOWEEN ¿Por qué?

Cuando se habla de Halloween o Día de Brujas se piensa en disfraces, dulces o maquillaje; pero la tradición a lo largo de la historia señala que su celebración no se trata de una fiesta alegre, sino que se tomaba como un día de hechos “purificadores” o “religiosos” que se concretaban en prácticas horribles para la comunidad.

Halloween, celebrado el 31 de octubre de cada año, tiene como origen la antigua fiesta pagana de “Samhain”, conmemoración celta,  donde se decía que “los espíritus del más allá podían recorrer la tierra y los humanos podían visitar el mundo de los muertos”.

Deuteronomio capítulo 18, versos 10 al 12 nos dice:

“No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero,  ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.  Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti”

Los cristianos NO celebramos Halloween porque:

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