Vigilante estuvo la Iglesia de Coquimbo, este pasado sábado 25 de julio del año en curso, cumpliendo con el mandato de “velad y orad para que no entréis en tentación”.
Una bendición hermosa se pudo vivir ese día, puesto que ya hace algunos años no se realizaban vigilias en el templo matriz. Sin embargo, Dios permitió que a partir de las 19:00 hrs. comenzara una búsqueda intensa y en unidad de toda la hermandad hasta las 01:00 hrs.
Durante seis horas la Iglesia estuvo adorando a Dios sin cesar, orando con fervor y escuchando testimonios poderosos de muchos hermanos y hermanas que exaltaban el poder de Dios que había transformado sus vidas. Además se escucharon hermosas alabanzas de hijos e hijas de Dios agradecidos y poniendo en práctica sus talentos para la gloria de Dios.
La Palabra de Dios sin duda alguna fue lo más fundamental de esta vigilia, en la cual animaba a la Iglesia a poner la mira en las cosas espirituales y celestiales, dejando atrás lo terrenal y haciendo morir el viejo hombre, para que Dios pudiera usar a cada uno haciendo maravillas y prodigios en su pueblo y ante el mundo.
La presencia del Espíritu Santo se hizo sentir en medio de su pueblo y todos a una glorificaron a Dios por tan bella bendición.
A Dios honra y gloria.
Comunicaciones IMPCH Coquimbo.
La bendición está después de la batalla – Convención de Señoritas Sector 3 en Ovalle